La aparición del homo sapiens se dio hace aproximadamente 200 mil años, se acepta que la escritura tiene una antigüedad de 5 mil años. Esto quiere decir que son más de 195 mil años que desconocemos de nuestro pasado. La tendencia que marca la actual revisión de la antropología y arqueología, acepta que existió más de un reseteo global en la historia de la humanidad. Esto era ya conocido por diversas culturas ancestrales, prueba de ello es que tienen su propia versión del diluvio universal.
Hay partes de la historia, que permanecen vedadas al hombre actual, o que se han suprimido para ocultar la grandeza de nuestros ancestros. Citando y parafraseando a Victoria de la Jara, el antiguo Perú es la promesa de futuros descubrimientos. La vegetación de la selva salvaje, devuelve ciudades inmensas y en las cumbres de las más altas montañas hay templos a los que el hombre contemporáneo asciende lentamente.
La verdad emerge también de una historia falseada para ocultar los adelantos de los incas. Y es que se nos ha repetido hasta el cansancio que los andinos no tuvieron escritura, algunos cronistas e historiadores de siglos pasados, fueron tajantes al afirmar ello, aunque sabemos que la arqueología y estudios científicos recién comenzaron en las postrimerías del siglo XIX en adelante, a desafiar el tabú, sin embargo, el daño estaba hecho, tenemos esa idea grabada a fuego en nuestras mentes y la de nuestros niños.
Pretendieron hacernos creer que una cultura que alcanzó la justicia social, que doblegó al tiempo, mediante sus ciclópeas construcciones, que consiguió un alto grado de agricultura, que aún no podemos recuperar, y que civilizaron a gran parte de Sudamérica, no tenían escritura. Entonces existen dos prohibiciones que pretendemos desafiar ahora, al mostrar estas evidencias, en este y próximos reportajes. La primera, la escritura andina o Inca, la segunda, la verdadera antigüedad de la cultura incaica.
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