Según los datos históricos, el inca Túpac Yupanqui planificó la construcción de los palacios de Chinchero, definiendo la traza urbana y el tratamiento arquitectónico, convocando para ello, a los mejores alarifes y maestros del Tawantinsuyo, ya que se trataba de un lugar de residencia para la élite inka.
Éste monumento arqueológico tiene dos sectores: el sector urbano conformado por un conjunto de recintos y adoratorios de tipo residencial y ceremonial de gran belleza y acabado para la clase noble y el sector agrícolas integrado por andenes de gran valor estético, adaptados a la sinuosidad del terreno.
Las comunidades de Chinchero son depositarias de grandes tradiciones agrícolas; los tejidos y su religiosidad andina son actividades que también identifican a este pueblo y sirven como elementos de cohesión e integración social.
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